Ha trascendido que Estados Unidos y Reino Unido, mediante sus respectivos servicios secretos (CIA y MI6), pidieron la colaboración de su aliado Gadafi. Lo hicieron para torturar a presuntos terroristas, supuestamente miembros de Al Qaeda.
Es una muestra más del doble lenguaje y la doble moral de las potencias occidentales. Gadafi: ayer, estratégico aliado de occidente y dictador amigo; hoy, peligroso y sanguinario enemigo dictador, con precio a su cabeza.
Suponiendo que en territorio libio se hubieran cultivado (por ejemplo) tomates, en lugar de extraer petróleo, cabe preguntarse si la respuesta de apoyo al derrocamiento del régimen libio hubiera sido la misma.
Con tal de sacar tajada del oro negro, además de la reconstrucción consecuente del país, los estados llamados democráticos están dispuestos a transigir con la implantación de un estado religioso, bajo leyes religiosas.
No olvidemos que en Afganistán ya se negocia con los talibanes, con el mismo objetivo anterior.
También cabe preguntarse porqué demonios no se emplea el mismo empeño en derrocar las dictaduras de la pobreza y el hambre, por ejemplo en Sudán; porqué puñetas no se ataca y nos defienden de la dictadura de los mercados.
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