Según el rotativo británico Financial Times (FT) –informe Equilar– el año pasado aumentó un 36% la retribución media de los máximos responsables de los 15 mayores bancos europeos y estadounidenses. Dicho aumento de retribución media alcanzaría los 9,7 millones de dólares (unos 6,8 millones de euros).
Mientras tanto, las ganancias de esas mismas entidades sólo crecieron un 2,9%.
Hay que considerar que Equilar no computa al Banco de Santander (primer banco europeo), ni al suizo UBS, porque "no proporcionan un desglose comparable". Sin embargo el BS recoge en su memoria anual una remuneración para su consejero delegado, Alfredo Sáenz, de 9,1 millones de euros.
Encabeza el ranking, respecto a las entidades españolas, el presidente del BBVA, Francisco González, con 5,6 millones de euros.
El Sr. González, cuando finalice el ejercicio de su cargo, percibirá una pensión de 79,77 millones de euros.
Desde su posición de poder económico, personal y financiero (como representante de la gran banca), Don Francisco puede permitirse el lujo de dar lecciones de ética, pidiendo a los políticos que "pospongan sus intereses a los de España".
No se olvida el banquero de pedir/ordenar "impulsar las reformas estructurales para estimular el crecimiento y reestructurar el sistema financiero".
Se ve que no son suficientes las dos últimas reformas laborales contra la clase trabajadora; los recortes sociales; la congelación de las pensiones; la reducción y congelación del sueldo de los funcionarios; la reforma de la seguridad social, haciéndonos trabajar más años y accediendo a la pensión de jubilación más tarde (y a ser posible no reunir los requisitos mínimos para cobrar la pensión; cobrarla menos años y en menor cantidad; o morirnos antes de poder acceder a ella).
Su preocupación por la economía y por los ciudadanos españoles pasa por "subastar las cajas [de ahorros] débiles". Para qué vamos a andarnos con rodeos. Después de haber privatizado y bancarizado las cajas de ahorros en un tiempo récord (meses), cuanto antes pasen a manos de los banqueros, y a precio de saldo, mejor.
No están los tiempos como para crear una auténtica banca pública/social con las cajas de ahorros. Qué más da que se hayan empleado miles de millones de euros de dinero público para reestructurar el sector, y de paso despedir a miles de trabajadores/as.
¡Qué idea tan descabellada!: emplear ese dinero público en estatalizar/nacionalizar, convirtiendo a las cajas de ahorros en banca pública; orientada a las familias, a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, a los jóvenes, a los ancianos, a los desempleados, a los más desfavorecidos.
¿Cómo puede el gobierno dejar de atender las "recomendaciones" de semejante altruista; de tan gran filósofo?
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